Las empresas y los proveedores ven claramente la necesidad
de transformar su infraestructura con el fin de ser capaces de brindar una
mayor variedad de servicios, responder mejor a la naturaleza cada vez más móvil
del trabajo y del comportamiento de la red personal, permitiendo a los
proveedores obtener más valor de sus activos de red. Tomemos, por ejemplo, la
necesidad de mantener el paso del crecimiento en el uso de teléfonos móviles.
Un reciente estudio publicado por GSMA reveló que América Latina fue una de las
regiones de más rápido crecimiento a nivel mundial en términos de conexiones de
teléfonos inteligentes entre 2010 y 2013, con una base instalada de teléfonos
inteligentes que creció un 77% anual (CAGR) durante este período. Los teléfonos
inteligentes representaron casi el 30% de las conexiones móviles de la región a
finales de septiembre de 2014 (200 millones) y se pronostica que representarán
el 70% del total (605 millones) para el 2020. El informe de GSMA también indicó
que América Latina tendrá la segunda mayor base instalada de teléfonos
inteligentes en el mundo, superada solo por la región de Asia Pacífico.
A fin de ganar en este mercado de conectividad altamente
competitivo y en rápida evolución, los operadores deben tomar medidas para
diferenciar sus carteras y aumentar las oportunidades de ingresos. Los
operadores deben adoptar un enfoque consultivo para evaluar sus necesidades y
determinar los servicios, programas y soluciones necesarias para transformar
sus redes. Los operadores quieren saber los beneficios que les reportará la
implementación de estos y otros tipos de soluciones y la evolución de sus
redes, desde la nube hasta la conectividad, incluyendo todo lo demás. Con la
flexibilidad de red en la mente de todos, está claro que en 2015 las redes
deberán transformarse para evolucionar al siguiente nivel.
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